El mantenimiento de laminados es fundamental para garantizar la durabilidad, el aspecto y la funcionalidad de este tipo de pavimentos. Elegidos por su estética, resistencia y fácil instalación, los suelos laminados se han convertido en una de las soluciones más populares tanto en viviendas como en espacios comerciales. Sin embargo, conservar su apariencia como el primer día requiere de cuidados específicos y rutinas adaptadas a sus características.
En esta guía te explicamos, paso a paso, cómo realizar un mantenimiento de suelos laminados adecuado, desde la limpieza diaria hasta la prevención frente a la humedad.
¿Por qué es importante el mantenimiento de laminados?
Aunque los suelos laminados están diseñados para ser resistentes y fáciles de mantener, no son inmunes al desgaste, la humedad o los arañazos. Un buen mantenimiento de laminados no solo alarga su vida útil, sino que también previene deformaciones, pérdidas de color y deterioros en las juntas.
Además, mantener la superficie libre de suciedad garantiza un ambiente saludable y estéticamente cuidado.
Limpieza diaria: la clave para conservar el brillo y evitar rayaduras
La limpieza regular es el primer paso esencial en el mantenimiento de laminados. La acumulación de polvo, tierra o pequeñas piedras puede generar microabrasiones en la superficie si no se elimina a tiempo.
Recomendaciones:
- Barre con una escoba de cerdas suaves o utiliza una aspiradora con cepillo especial para suelos laminados.
- Usa una mopa de microfibra seca o ligeramente humedecida. Este tipo de material es ideal para recoger el polvo fino sin dañar el acabado.
- Evita arrastrar muebles o dejar que el calzado de la calle entre en contacto directo con el suelo.
Mantener esta rutina diaria es uno de los pilares más sencillos y eficaces del mantenimiento de laminados.
Limpieza profunda: una vez por semana
Aunque la limpieza diaria previene el desgaste superficial, es recomendable realizar una limpieza más profunda cada siete días para eliminar manchas o residuos que hayan podido fijarse.
Cómo hacerlo:
- Utiliza productos específicos para suelos laminados, con pH neutro.
- Nunca apliques directamente el producto sobre el suelo. Pulveriza una pequeña cantidad sobre la mopa o fregona de microfibra.
- Evita lejía, amoniaco y productos abrasivos, ya que deterioran la capa protectora del laminado y pueden provocar decoloraciones.
Este tipo de limpieza, bien ejecutada, refuerza la protección del material sin comprometer su integridad, lo cual es fundamental dentro del mantenimiento de laminados.
Fregado adecuado: cómo y cuándo hacerlo
A diferencia de otros tipos de suelos, los laminados no toleran bien el exceso de agua. Por eso, el fregado debe realizarse con precaución.
Consejos:
- Usa una fregona de microfibra muy bien escurrida. Nunca debe gotear.
- Pasa la fregona en la dirección de las lamas del suelo para evitar marcas y facilitar el secado homogéneo.
- Ventila el espacio tras fregar para acelerar el secado y evitar acumulación de humedad.
Una técnica de fregado correcta es indispensable en el mantenimiento de laminados, ya que evita que el agua se filtre por las juntas, una de las principales causas de deformaciones.
Protección frente a la humedad: prevención ante todo
El enemigo número uno de los pavimentos laminados es la humedad. Aunque algunos modelos incorporan tecnologías resistentes al agua, la exposición prolongada a líquidos debe evitarse siempre.
Buenas prácticas:
- Seca de inmediato cualquier líquido derramado con un paño absorbente.
- No uses limpiadores a vapor, ya que la presión y la temperatura pueden afectar la estructura del laminado.
- Coloca felpudos en el acceso a la vivienda o zona de uso, tanto en el exterior como en el interior. Estos retienen la humedad y la suciedad antes de que entren en contacto con el suelo.
Este tipo de medidas preventivas es esencial para un correcto mantenimiento de laminados, especialmente en cocinas, baños o zonas de tránsito frecuente.
Consejos adicionales para prolongar la vida útil del laminado
Además de la limpieza y la prevención frente a la humedad, hay acciones complementarias que ayudan a conservar el pavimento en perfectas condiciones.
Te recomendamos:
- Colocar protectores de fieltro en las patas de sillas y muebles móviles.
- Evitar el uso de tacones finos o calzado que pueda rayar la superficie.
- Supervisar regularmente el estado de las juntas, ya que uniones abiertas o desgastadas pueden permitir la entrada de agua o suciedad.
- Evitar golpes fuertes, arrastres o caídas de objetos pesados que puedan dañar la superficie.
Estos pequeños gestos tienen un gran impacto a largo plazo en el mantenimiento de laminados, especialmente en hogares con niños, mascotas o actividad intensa.
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