El suelo laminado es uno de los pavimentos más utilizados en la actualidad para viviendas y espacios comerciales. Su popularidad no es casual: combina estética, resistencia y facilidad de instalación a un precio accesible. Sin embargo, al momento de elegir el modelo adecuado, muchas personas se centran únicamente en el diseño o en la resistencia a la abrasión (AC3, AC4, AC5…) y dejan de lado un aspecto clave: el grosor de las lamas del laminado.
El espesor del suelo laminado influye directamente en su estabilidad, durabilidad, confort y en cómo se comportará frente al paso del tiempo. A continuación, veremos qué es el suelo laminado, qué grosores existen y por qué este detalle es tan determinante.
¿Qué es el suelo laminado?
El suelo laminado es un pavimento multicapa diseñado para imitar materiales como la madera o la piedra, pero con mayor resistencia y un coste más asequible. Sus capas principales son:
- Capa estabilizadora o contrabalanceo, que evita deformaciones.
- Tablero de fibras de alta densidad (HDF), núcleo que aporta rigidez y resistencia.
- Capa decorativa, una lámina que reproduce fielmente el acabado estético.
- Capa de desgaste, transparente y protectora, que determina su resistencia a arañazos y abrasión.
Gracias a esta composición, el suelo laminado ofrece una solución práctica y duradera, ideal tanto para uso doméstico como comercial.
Ventajas del suelo laminado
Además del precio y la estética, este pavimento presenta beneficios que explican su éxito:
- Variedad de diseños y acabados que permiten adaptarlo a cualquier estilo.
- Alta resistencia al desgaste, siempre en función de su clasificación AC.
- Instalación sencilla mediante sistema clic, que facilita el montaje sin necesidad de colas ni clavos.
- Mantenimiento rápido y fácil, con limpieza básica.
- Buena relación calidad-precio, frente a alternativas como el parquet natural.
Tipos de grosor en suelos laminados
El grosor del suelo laminado suele oscilar entre 7 mm y 12 mm, aunque algunos fabricantes ofrecen medidas intermedias. Cada espesor está pensado para un tipo de uso:
- 7 mm: gama económica, adecuada para habitaciones con poco tránsito.
- 8 mm: opción más extendida en viviendas, resistente y equilibrada.
- 9-10 mm: mayor estabilidad y mejor aislamiento acústico, recomendados para estancias muy transitadas.
- 12 mm: la opción más robusta, pensada para uso intensivo en hogares o zonas comerciales.
En general, a mayor grosor, más resistencia y confort, aunque también aumenta el coste.
¿Por qué el grosor es tan importante?
Elegir el grosor adecuado del pavimento laminado es fundamental porque afecta a su rendimiento en varios aspectos:
- Durabilidad frente a impactos. Los suelos más gruesos absorben mejor golpes y soportan muebles pesados sin dañarse.
- Estabilidad estructural. Con mayor grosor, las lamas tienden menos a moverse o deformarse.
- Confort bajo los pies. Un suelo más grueso transmite firmeza y reduce el ruido de las pisadas.
- Corrección de irregularidades. Un espesor mayor puede disimular pequeñas imperfecciones del subsuelo.
- Sensación de calidad. El suelo de 10-12 mm da una percepción más sólida y profesional que el de 7 mm.
Grosor, resistencia AC y clase de uso: cómo elegir correctamente
Un error común es pensar que el grosor por sí solo determina la calidad del suelo. En realidad, debe valorarse junto a otras clasificaciones:
- Resistencia AC (AC3, AC4, AC5…): indica la resistencia a la abrasión según pruebas normalizadas. Cuanto mayor es el número, más vueltas soporta el pavimento antes de desgastarse.
- Clase de uso (31, 32, 33…): señala el tipo de espacio para el que está recomendado.
- Clase 31: uso doméstico intensivo o comercial moderado.
- Clase 32: uso doméstico intensivo o comercial normal.
- Clase 33: uso doméstico intensivo o comercial intensivo.
- Clase 34: doméstico intensivo o industrial moderado.
Por ejemplo, puede ser más recomendable un suelo laminado de 8 mm, AC4 y clase 32 que uno de 12 mm pero con resistencia AC3 y clase 31. Es decir, no solo cuenta el grosor, sino la combinación de estos factores.
Conclusión
El grosor del suelo laminado es un criterio fundamental al elegir pavimento, ya que afecta a la durabilidad, la estabilidad y el confort del espacio. Sin embargo, debe analizarse junto con la resistencia AC y la clase de uso, para asegurar que la elección se adapta realmente al tránsito y necesidades del lugar.
En Hausâl ofrecemos un amplio catálogo de suelos laminados con diseños versátiles y adaptados a cualquier tipo de proyecto, desde viviendas hasta espacios comerciales. Contacta con nosotros y te ayudaremos.