El suelo vinílico SPC (Stone Plastic Composite) se ha convertido en uno de los pavimentos más utilizados en proyectos residenciales y comerciales. Su composición, basada en una mezcla de polvo de piedra caliza y polímeros, le aporta una gran resistencia, estabilidad dimensional y total impermeabilidad, lo que lo hace idóneo tanto para viviendas como para negocios de alto tránsito.
La pregunta que más se repite entre los usuarios es: ¿cuál es el mejor suelo vinílico SPC?. La respuesta no es única, ya que dependerá de las necesidades del proyecto, del nivel de tránsito que soportará el pavimento, del ambiente en el que se instale y del acabado estético deseado.
En este artículo analizaremos en detalle qué es el SPC, cuáles son sus ventajas, cómo funcionan las clasificaciones de resistencia AC y clase de uso, la importancia del grosor de la lama y qué aspectos debes considerar para elegir el pavimento adecuado.
¿Qué es un suelo vinílico SPC?
El suelo vinílico SPC es un pavimento de última generación dentro de la categoría de suelos vinílicos rígidos. Se compone de varias capas:
- Capa superficial protectora con tratamientos contra rayaduras, rayos UV y bacterias.
- Capa decorativa, que reproduce fielmente texturas de madera, piedra o cemento.
- Núcleo SPC, formado por una mezcla de piedra caliza y polímeros plásticos, que le otorgan gran resistencia y estabilidad dimensional.
- Capa inferior o base acústica, en muchos modelos integrada de fábrica, que mejora el confort y reduce el ruido al pisar.
Ventajas del suelo vinílico SPC
- 100% resistente al agua: se puede instalar en baños, cocinas y sótanos sin riesgo de hinchamiento.
- Alta estabilidad dimensional: no se dilata ni contrae con los cambios de temperatura como ocurre en otros materiales.
- Resistencia al desgaste e impactos: soporta tránsito intenso, golpes y arrastres de mobiliario.
- Instalación rápida y limpia: sistema de clic sin necesidad de colas ni adhesivos.
- Variedad estética: disponible en múltiples diseños que imitan maderas nobles, piedras naturales o acabados contemporáneos.
- Mantenimiento sencillo: basta con limpieza regular con aspiradora y fregona húmeda.
- Confort acústico: algunos modelos incluyen subbase incorporada que reduce el ruido de pisadas.
Clasificación de los suelos SPC para elegir el mejor
Cuando se compara entre diferentes modelos de suelo SPC es habitual encontrarse con referencias como AC3, AC4, AC5 o Clase 31, 32, 33. Para elegir correctamente, conviene conocer el significado de estas clasificaciones.
-
Clasificación AC (resistencia a la abrasión)
La clasificación AC mide la resistencia de la superficie frente al desgaste y se obtiene mediante un test de abrasión en el que un rodillo con lija actúa sobre el pavimento hasta que se deteriora la capa decorativa. Según el número de ciclos que soporte, se otorga la siguiente clasificación:
- AC1: más de 900 ciclos.
- AC2: más de 1.800 ciclos.
- AC3: más de 2.500 ciclos.
- AC4: más de 4.000 ciclos.
- AC5: más de 6.500 ciclos.
Cuanto mayor es el número, mayor es la resistencia al desgaste. En un entorno doméstico con uso intensivo, un AC3 o AC4 resulta adecuado. Para entornos comerciales con alto tránsito, la elección ideal es un suelo laminado AC5.
-
Clases de uso (31, 32, 33, 34…)
La clasificación por clases de uso evalúa la resistencia global del pavimento, no solo su superficie. Se determina según la norma EN ISO 10874 y se aplica tanto a uso doméstico como comercial:
- Clases 21, 22, 23: uso doméstico (moderado, general o intenso).
- Clase 31: uso doméstico intensivo o comercial moderado.
- Clase 32: uso doméstico intensivo o comercial habitual.
- Clase 33: uso doméstico intensivo o comercial intensivo.
- Clase 34: uso doméstico intensivo o industrial moderado.
En viviendas basta con elegir un pavimento de clase 31 o 32. En locales comerciales de tránsito elevado se recomienda optar por clase 33 o superior.
-
Grosor de la lama
El grosor de la lama influye en la resistencia, la estabilidad y el confort del suelo. Los SPC suelen encontrarse entre los 4 mm y 8 mm de espesor. Un mayor grosor ofrece:
- Mayor resistencia a impactos.
- Mejor aislamiento acústico.
- Sensación más sólida y estable al caminar.
-
La importancia de combinar correctamente los factores
Es un error pensar que un suelo con mayor clasificación AC es siempre mejor. Un ejemplo claro: un AC3, clase 32 y 6 mm de grosor puede resultar más resistente y equilibrado en un uso real que un AC5, clase 31 y 4 mm, ya que la clase de uso y el grosor determinan la calidad estructural del pavimento.
Por tanto, la elección debe considerar de forma conjunta AC, clase de uso y grosor, además del diseño y el acabado deseado.
Modelos de suelos SPC en Hausâl
En Hausâl se pueden encontrar distintas gamas de suelos SPC que cubren todas las necesidades de un proyecto:
- SPC Dryfloor Estándar: resistente, con medidas de 1235 x 192 x 6 mm y garantía de uso doméstico ilimitado.
- SPC Dryfloor XL: lamas de gran formato (1842 x 230 x 6 mm) que aportan mayor presencia visual y modernidad.
- SPC Hausâl Estándar: con subbase ecosound y grosor de 5,5 mm, ideal para viviendas.
- SPC Hausâl Gran Formato: con lamas de 1520 x 230 x 6,7 mm y capa de uso de 0,7 mm para proyectos de alta exigencia.
Todos ellos comparten características clave como resistencia al agua, clasificación de uso comercial, microbisel y sistemas de clic de última generación, lo que asegura un pavimento duradero y fácil de instalar.
Conclusión: ¿Cuál es el mejor suelo vinílico SPC?
No existe un único mejor suelo vinílico SPC, ya que la elección dependerá de las necesidades del proyecto. Para uso residencial intensivo, bastará con un pavimento AC3 o AC4, clase 31/32 y grosor de 5-6 mm. Para locales comerciales con tránsito elevado, lo más recomendable es apostar por un AC5, clase 33/34 y grosores superiores.
En Hausâl encontrarás una amplia variedad de suelos vinílicos SPC en diferentes formatos, grosores y resistencias, capaces de adaptarse a cualquier tipo de espacio, ya sea en el ámbito doméstico o en proyectos comerciales de alta exigencia. ¡Contacta con nosotros!